La enseñanza lúdica de idiomas a edades tempranas contribuye con el desarrollo del cerebro y las áreas lingüísticas que propician el aprendizaje de lenguas tanto individual como al mismo tiempo. A cualquier edad, la compresión y habla de dos o varios idiomas contribuye con el desarrollo mental, epistemológico así como sensitivo de los niños y niñas.

Elegimos el inglés como el idioma de enseñanza debido a que es el más hablado como segunda lengua en el mundo, y su conocimiento ayudará a la comprensión general y el desarrollo profesional de las personas en cualquier ámbito de sus vidas.